*Olga Romero Garci-Crepi pasó de la indiferencia a la lucha legal con el clan Romero Cellis
La exitosa empresaria nacida en Tonalá, Oaxaca fue una mujer dedicada a ayudar a los demás y a hacer crecer su emporio. Las circunstancias le fueron propicias para el éxito, pues la empresaria fue la primera en invertir en granjas de gallinas ponedoras y después en productos porcinos comercializados en toda la región.
Su única familia cercana fue su sobrina Estela Romero Bringas, y después sus hijos Miguel y Alfonso Celis Romero, piezas claves para que el éxito del Complejo Industrial Romero Sánchez se sostuviera en el tiempo y el consorcio diversificara sus frentes de inversión.
Por otro lado, la familia que decidió demandar para impugnar el testamento, los Romero Garci-Crespi, a quienes se unió hoy diputada local por Tehuacán, Olga Lucía Romero Garci-Crespi, quien desde que contendió para el puesto que hoy ocupa, usó el apellido de su tía con fines mercadológicos. Seguramente sus pretensiones ya eran pelear por la herencia.
Por muchos años, mientras Socorro Romero Sánchez estuvo viva, la hoy diputada, usando su verdadero nombre, Mónica Caballero Garci-Crespo, estuvo totalmente alejada de su tía, nunca tuvieron ningún tipo de contacto, menos algún afecto o lazo fraterno.
Fue hasta 4 años después de la muerte de Socorrito cuando la diputada decidió aliarse con algunos familiares para impugnar y luchar por los 200 millones de pesos de los que se conforma la herencia. Fue ahí cuando la diputada inició la guerra. Como en la guerra y en el amor todo se vale, la diputada ha cometido una lista de ilícitos para lograr un veredicto a su favor.
Gracias a ello, la política poblana fue demandada por defraudación fiscal y enriquecimiento ilícito a principios del año pasado sin que, hasta el momento se haga justicia. El asunto ha tomado proporciones mayúsculas porque algunos funcionarios del actual gobierno poblano también están involucrados en el grupo de abogados de Garci-Crespo.
Aprovecharse de la muerte de una persona también debería ser considerado un delito; sin embargo, la diputada y su actuar arribista ha mostrado que es una mujer sin miramientos para conseguir lo que quiere. Pasa por encima de quien sea para lograr sus objetivos. El fin justifica los medios para la diputada que pasó de la indiferencia a la guerra, ahora que Socorro Romero no puede defenderse y, seguramente, tampoco descansa en paz.