La Señorita Socorro Romero Sánchez nació en el estado de Oaxaca pero escogió a Tehuacán, Puebla para construir su gran emporio. Socorrito, como la llaman sus allegados o gente que la apreciaba, comenzó formando pequeñas granjas avícolas que se convirtieron en una empresa pujante que dio trabajo y sustento a los habitantes de Tehuacán. El trabajo de muchas décadas es la base de la cuantiosa herencia en pugna de más de 600 millones de dólares.
No conforme con su éxito financiero, la Señorita Socorro Romero Sánchez contribuyó con distintas causas educativas, culturales y religiosas, su actividad filantrópica y vocación de servicio la distinguieron durante sus más de 90 años de vida. Algunos edificios de la ciudad tehuacanera, como el reclusorio femenil, la casa hogar para niñas huérfanas, escuelas y templos católicos fueron parte de su contribución.
El 4 de diciembre de 2009 la empresaria y filántropa falleció en la tranquilidad de su hogar; segura de que sus bienes quedarían en buenas manos para darle continuidad a su labor social. Su legítima heredera y sobrina Estela Romero Bringas fue escogida por la señorita, según consta en el testamento firmado dos días antes de su muerte ante el notario público de Tehuacán, Puebla, y donde fungieron como testigos la señora María Elvira Celis Romero y la señora Gloria Romero Sphor, en presencia de los señores Alfonso Fernández Santiago, Luis e Ignacio Soto Romero. El proceso fue público, abierto y con total legitimidad. El testamento fue firmado por la señorita y autenticado por la autoridad notarial
Sin embargo, la actual diputada de MORENA y también pariente de la finada, Mónica Caballero Garcí-Crespo, mejor conocida como hoy día como Olga Lucía Romero Garcí- Crespo, con su cambio de nombre, se unió al tío que la adoptó y a los testigos ya mencionados para impugnar el testamento, alegando que la señorita Socorro Romero Sánchez no se encontraba en cabal sentido cuando firmó su testamento.
Los testigos cambiaron de parecer, en contubernio con la diputada para iniciar la demanda de impugnación; por ello, declararon la invalidez del testamento para su propio beneficio, mediante la falsificación de pruebas y contrademandado en contubernio.
Los hechos anteriores, ocurridos a lo largo de los últimos años, evidencian a quienes se mueven sólo por ambición y codicia y que están totalmente en contra de la voluntad y legado de la empresaria y filántropa que adoptó a Puebla como su casa.
Hoy todavía pesa su recuerdo y buen nombre. El legado de Socorrito pervive en sus buenas acciones y muestra las oscuras e ilegales acciones de los inconformes que buscan cualquier argumento de poco peso para obtener el dinero ajeno.