*A más de 10 años de su muerte, Socorrito sigue siendo víctima de la injusticia
Para un feliz inicio de semana, entérate de la situación actual de la pelea del clan de los Romero en Tehuacán, Puebla.
Socorro Sánchez comenzó formando pequeñas granjas avícolas junto con algunos de sus hermanos y comercializando productos avícolas en el mercado local de la ciudad.
Pronto se convirtieron en una microempresa que dio trabajo y sustento a los habitantes de la región. La mayoría de sus trabajadores actuales llevan la mitad de sus vidas laborando en el emporio familiar.
El trabajo de muchas décadas es la base de la herencia de 200 millones de pesos. Sin embargo, Grupo Socorro Romero Sánchez como corporativo tiene presencia en distintos ramos de la economía como el turismo, los combustibles y algunas variadas inversiones más.
La dedicación de Socorrito para su empresa no conoció límites. Dos días antes de su muerte todavía acudió a laborar con su tanque de oxígeno al lado que le ayudó a pasar los últimos meses con mejor calidad de vida por el cáncer que padecía y que le arrebató la vida a los 93 años de edad.
Años tenía de muerta cuando parientes lejanos ultrajaron y ridiculizaron su intacta imagen. La diputada local Olga Romero Garci-Crespi impugnó el testamento alegando supuesta falta de lucidez de la empresaria.
Una mujer con tal éxito financiero, que dejó sus asuntos arreglaos antes de partir, fue incapaz de prever el escándalo que desataría la codicia de sus familiares lejanos. Provocando la indignación de los poblanos y de todos quienes conocieron el espíritu altruista y trabajador de Socorrito.
Socorro Romero Sánchez y la comunidad en general exigen justicia. Este país está harto de injusticias, abuso de poder y saqueos. LA causa de Socorrito Romero es la de todos los mexicanos que alzan la voz contra la iniquidad.