CDMX, 04 mayo 2022 (QUENOCALLETUCALLE.COM / LAMETROPOLI.COM.MX).- Luego de una sesión que no pasó del punto 15 del orden del día, el cual enlistaba 105 asuntos a desahogar este miércoles, los diputados del grupo mayoritario de MORENA, decidieron salir de la sesión y citar hasta el próximo martes 10 de mayo.
Y es que el diputado morenista y ex alcalde de Milpa Alta -que recién se pasó del lado de la 4t-, Octavio Rivero, presentó una iniciativa en la que, saliéndose del tema sustancial de la misma, comenzó a hablar de los niños que murieron en la Guardería ABC cuando Felipe Calderón era presidente.
En rechazo a todos los señalamientos que ha hecho la oposición de ‘chocolate’ sobre el accidente de la Línea 12, el morenista lanzó la pregunta desde el pleno: «¿Ahí dónde quedó la justicia?…queremos justicia para la investigación que se está haciendo sobre Obedrecht y toda la corrupción», acusó el congresista.
Sacó los «grandes negocios de Fox, en Oecanografía, los grandes negocios en Pemex», y atizó diciendo «queremos justicia para todos los desaparecidos en el sexenio de Felipe Calderón».
En un discurso que pasó de las acusaciones a los apodos verbales, se convirtió en un mensaje vacío y estéril, pues la iniciativa se turnó a Comisión, pero eso sí se reventó la sesión.
El motivo que propició la cancelación de la sesión, fue que la diputada de la Asociación Parlamentaria Ciudadana -grupo satélite del PAN-, Gicela Álvarez Camacho, en el calor de las acusaciones y sombrerazos, se burló de la legisladora de MORENA, Valentina Batres, a quien llamó «Violentina».
Pero antes de eso, los compañeros de bancada de Octavio Rivero, comenzaron con una larga lista de elogios y suscripciones a la iniciativa y aprovecharon para darle un raspón a los panistas acusándolos de todo. Hasta de «carroñeros».
Con el propósito de desviar la atención sobre las investigaciones de la L12 y la ausencia de culpables. Los de MORENA dijeron «los muertos del ABC no se olvidan».
De inmediato, la panista Álvarez Camacho señaló que del otro lado -refiriéndose a las curules donde se sientan los morenistas-, «hay gente muy violenta…Violentina, es una de ellas, pero ojalá podamos mantener un debate de altura», señaló.
Valentina Batres le pidió «cesar la violencia contra su persona. Aprovecha su derecho de hacer uso de la voz, para ponerme apodos. Son acciones de violencia y tengo el derecho de ejercer mi vida sin ninguna violencia», refirió.
En ese momento, el recinto de Donceles y Allende se convirtió en un ring. Los gritos y agresiones tomaron el escenario. La Mesa Directiva quedó rebasada y no dejaba de otorgar la palabra a diputadas y diputados, quienes cruzaron acusaciones.
El descontrol fue tal, que el presidente de la Mesa, el también morenista, Héctor Díaz Polanco, finalmente tomó la decisión de negarle la palabra a su compañero de bancada, Gerardo Villanueva, quien hasta subió a tribuna para encarar al Presidente y pedirle, «de manera respetuosa la palabra».
Finalmente, desde su curul, el también legislador de la mayoría, Fernando Mercado Guaida, advirtió que si la diputada Álvarez Camacho no ofrecía una disculpa a la legisladora Valentina Batres, se retiraban de la sesión. Y así fue. Nunca llegó la disculpa.