+El Papa Francisco elude criticar a la tiránica FIFA, que avala la Copa del Mundo
+Mesurado clama que Qatar «sea ocasión de encuentro y armonía»
+El país está bajo el escrutinio mundial por violaciones
+Después de que se diera a conocer que hubo 6 mil 500 obreros muertos durante la construcción de los estadios de futbol
+Ocurrieron en jornadas laborales extensísimas y bajo altas temperaturas
+Tampoco hace referencia a la homofobia ni a la censura del ente deportivo que preside Gianni Infantino contra siete selecciones europeas
Ciudad de México, 23 de noviembre (BALÓN CUADRADO/Agencias).- La Iglesia Católica da espaldarazo a la FIFA, Santa Inquisición de la pelota.
A los 86 años de edad y apasionado del equipo argentino San Lorenzo de Almagro, el Papa Francisco hizo un llamado para que el Mundial de futbol celebrado en Qatar –con aval de la Federación Internacional de Futbol Asociación– «sea una ocasión de encuentro y armonía entre las naciones» y que logre así fomentar «la fraternidad y la paz entre los pueblos».
El Pontífice, sin embargo, ha omitido referirse –futbolísticamente correcto– a la ácida polémica por vulneración de derechos humanos, homofobia y misoginia del anfitrión que rodea a esta cita deportiva ni a las denuncias por las numerosas muertes de trabajadores durante la construcción de los estadios.
Como tampoco a la FIFA y su espíritu tirano de censura contra la libertad de expresión de siete países participantes, europeos, en particular.
Fueron amenazados con sanciones si usaban el brazalete con el símbolo del arcoíris. Los jugadores de Alemania, para driblar la sanción, en la foto oficial del partido de hoy –que perdió 1-2 ante Japón–, en protesta, se llevaron la mano derecha a la boca.
«Quisiera enviar un saludo a los jugadores, a los aficionados y a los espectadores que siguen el Mundial que se está disputando en Qatar desde varios continentes”, subrayó Francisco, tras la audiencia general que ha presidido como cada miércoles en la plaza de San Pedro.
“Que este importante acontecimiento sea una ocasión de encuentro y armonía entre las naciones, fomentando la fraternidad y la paz entre los pueblos», añadió.
Mundial cuestionado
Este fin de semana comenzó el Mundial de futbol más polémico de las últimas décadas, el de Qatar fue cuestionado incluso antes de que el país fuera elegido, en medio de denuncias de corrupción, por la FIFA para albergar una cita que se está pidiendo boicotear por la vulneración de derechos fundamentales y las denuncias por las numerosas muertes de trabajadores durante la construcción de los estadios.
Varias organizaciones de derechos calificaron la cita futbolística como «el Mundial de la vergüenza», después de constatar violaciones y abusos laborales durante la construcción de los ocho fastuosos estadios que albergarán los partidos de las 32 selecciones que disputarán el torneo y unos 832 jugadores.
El país está bajo el escrutinio mundial después de que se diera a conocer que miles de personas habían muerto durante la construcción de los estadios de futbol en jornadas laborales extensísimas y bajo altas temperaturas, desde que se hizo oficial esta sede, en 2010.
Las cifras oscilan entre las más conservadoras que hablan de una treintena de muertos, que son las que ofrece el comité ejecutivo que se encarga de organizar el Mundial, el medio centenar según un informe de 2021 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), o los 6 mil 500 fallecidos que denuncian algunos medios, como el periódico británico The Guardian.
Hay versiones periodísticas que estiman que pueden superar los 7 mil.
Además, en el país las mujeres siguen necesitando el permiso de una figura masculina para tomar decisiones fundamentales en sus vidas, como casarse, estudiar en el extranjero, o poder tener acceso a ciertos tratamientos reproductivos.
En caso de que logren divorciarse, el Estado les retira la potestad de sus hijos.
Qatar es también uno de los 70 países que penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo.
Según su Código Penal, la «sodomía» o el «libertinaje» está penado con hasta siete años de prisión y las autoridades no se han escondido a la hora de intentar camuflar su opinión sobre la homosexualidad.
“En todo caso, los silencios del Papa ante no pueden interpretarse como indiferencia ante la situación que se vive en el país”, opina la agencia noticiosa Europa Press.
La diplomacia del Vaticano, añade, “no habla el lenguaje directo y suele avanzar de forma discreta con un talante conciliador y un espíritu de diálogo para buscar puntos en común incluso con los que están en las antípodas ideológicas”.
Por eso, concluye dicho medio informativo, “Francisco, pastor y guía espiritual más que político, mide mucho sus palabras en público con el fin de evitar la instrumentalización política de sus palabras”.
El Papa tiene la gloriosa virtud de estar bien con Dios y el Diablo.