“Como pueblos originarios, que estamos ubicados al sur de la Ciudad de México, el maíz lo tenemos bien arraigado desde las entrañas, en el corazón y en todos los sentidos hablando económica y culturalmente, no lo podemos dejar porque el valor que tiene el maíz criollo para nosotros es identidad”, asegura.
Efraín agradece cada uno de los apoyos otorgados por el Gobierno de la Ciudad de México que han ayudado a que los productores puedan salir adelante: “Hoy en día invertimos 30 mil pesos para producir o trabajar en una hectárea del maíz en donde si nos apoyan con la mitad del 50 por ciento de subsidio, insumo o económicamente, como se dice mano de obra, pues obviamente son grandiosos porque sí llegan a ayudar a las familias campesinas y a seguir trabajando”.
Por ello, aprovecha para pedir a las y los capitalinos que consuman uno de los granos alimenticios más antiguos que se conocen y que forma parte de la alimentación diaria y nutritiva no solo en la ciudad sino en el país.