En días pasados se celebró en el mundo el Día Mundial contra la Depresión. Se calcula que más del 3 por ciento de la población mundial la padece. Mientras el 5 por ciento de los adultos mayores la padecen. Los adultos mayores en ocasiones se enfrentan con el rechazo y olvido de sus seres queridos que los relegan a ser un mueble más de su casa. Hay un creciente rechazo social al adulto mayor, fácilmente se le endilgan estereotipos de senilidad, locura y otros calificativos denigrantes.
Pero algunos adultos mayores, aunque con menor vigor físico, conservan totalmente la conciencia clara y conservan intactas sus facultades mentales. El caso de la Señorita Socorro Romero Sánchez es uno de tantos de adultos mayores que hacen uso de su capacidad de decisión hasta en sus últimos momentos. Socorro Romero, Socorrito, para sus más allegados, murió acompañada de sus seres queridos y de su confesor, quien le dio la extremaunción. Si había una mujer que mostraba abiertamente su religiosidad, esa era Socorrito.
Y con lo verosímil que es el argumento del adulto mayor que es manipulado, medicado y coaccionado para perder la voluntad, en un México tan mal educado por los dramas televisivos… El testamento firmado de puño y letra por la empresaria, se impugnó, con una carta en la que un médico asegura que la fallecida fue medicada para perder la conciencia, medicina que quizá pudo provocar también su muerte.
En una secuencia telenovelera se ha convertido la pelea por la herencia de la Señorita Romero Sánchez, quien seguramente se deprimía al ver tan patético despliegue de pruebas falsas presentadas por la Diputada Federal Olga Lucía Romero Garci-Crespi, quien se ha convertido en la antagonista de la historia, que pasa por encima de lo que sea, con tal de adueñarse de lo que la Señorita decidió dejarle a sus sobrinos más allegados porque los consideró más empáticos con su labor altruista de tantos años. Así que nos preguntamos, si la familia Romero Garci-Crespi no fue la elegida, ¿Por algo será, no creen?
La larga pelea que ambas familias han sostenido a lo largo de los años, sólo evidencia que los no herederos están dispuestos a alargar el proceso todo lo posible a través de métodos fraudulentos para que ellos sean beneficiados, por encima de la ley. ¿Si eso no hace un villano de película o telenovela? Debe ser algo muy cercano…
Si la Señorita Socorro Romero viviera, apelaría a la justicia y a los valores de trabajo, honradez, superación, ayuda al prójimo y superación que ella misma encarnó con su ejemplo y acciones que hablan por sí solas. Durante su fructífera vida, Socorrito estuvo muy lejos de la depresión, pero si desde donde se encuentre, puede ver en lo que se ha convertido su última voluntad y el fruto de su trabajo, seguro se deprimía de ver lo lejos que han quedado sus más nobles intenciones filantrópicas.