El peso mexicano cerró la semana con pérdidas significativas, tras una jornada de alta volatilidad en los mercados financieros. La moneda local registró un retroceso frente al dólar, que se fortaleció globalmente en medio de las expectativas sobre el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La posible reelección del expresidente de Estados Unidos ha generado incertidumbre en el mercado, lo que ha llevado a los inversionistas a buscar refugio en activos en dólares, debilitando al peso.
La posible vuelta de Trump plantea una serie de dudas en torno a las políticas comerciales y económicas que implementaría su administración. Durante su mandato anterior, Trump fue crítico del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que afectó las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos. Los inversionistas temen que su regreso a la presidencia pueda generar cambios abruptos en las políticas que afectarían el comercio y las remesas, lo cual impactaría la economía mexicana.
Además, el contexto global también ha contribuido a la inestabilidad del peso. La fortaleza del dólar se debe en parte a los datos económicos de Estados Unidos, que han mostrado un crecimiento robusto y expectativas de aumentos en las tasas de interés. Estas condiciones han puesto presión sobre monedas emergentes como el peso mexicano, que enfrenta dificultades adicionales para atraer inversiones extranjeras en un entorno cada vez más competitivo.
El Banco de México ha seguido de cerca estos movimientos y no ha descartado la posibilidad de intervenir en caso de que el peso sufra mayores depreciaciones. Sin embargo, algunos analistas señalan que el peso mexicano podría recuperar su estabilidad en el mediano plazo, siempre que la política monetaria interna mantenga una postura prudente y estable.
En resumen, el desempeño del peso mexicano refleja tanto las preocupaciones locales como las tensiones globales derivadas del contexto político en Estados Unidos. La evolución de la campaña de Trump será un factor clave para los mercados mexicanos, que mantendrán la cautela mientras se definen las posibles implicaciones de un cambio en la administración estadounidense.